En los tiempos del Facebook y el Whatsapp, en Cali nació un sistema de mensajería para que los hijos del Pacífico les envíen mensajes a sus familiares, amigos y hasta al duende que, por supuesto, no tiene un Smartphone.
Al fin. Era una tarde de miércoles en la que el año 2015 traía la brisa del mes de octubre hasta la Casa Occio ubicada en la Carrera 24B # 2A-258 del barrio Miraflores de Cali, donde Erika Flor, Daniela Anacona y Jennifer Quintero trabajaban en los últimos detalles del séptimo Festival de Cine y Video Comunitario (Fesda) para que su cierre fuera inolvidable. Minutos antes, habían tomado un almuerzo sin postre; pero cuando menos lo esperaban apareció: no en forma de pudín ni golosina. Fue una llamada que cumpliría un sueño.
Al otro lado una voz masculina: "Nos ganamos la convocatoria". Era la voz de Víctor Palacios, quien siempre ha llevado la batuta en la Asociación Colectivo de Medios Alternativos de Jóvenes del Distrito de Aguablanca (Mejoda), un equipo que nació en el 2005 y está detrás del Fesda. Felicidad para ellos y para los integrantes del Colectivo Noís Radio, y para la Fundación Nacederos, unidos por un mismo fin: el transmedia 'Aguablanca: Pacífico Urbano', que consiste en grabar mensajes o 'recados' desde el Distrito por medio de tres formas o lenguajes diferentes: foto, video o audio, y enviarlos al Pacífico.
Cada recado es único, así que no se cuenta una sola historia sino muchas que tienen algo en común: ser mensajes enviados por quienes dejaron atrás a su Pacífico amado y llegaron a Cali en busca de un futuro mejor y desean decirle algo a sus familiares en su tierra natal. Y como esas historias son diferentes y se envían en formas distintas, el proyecto tiene todo lo necesario para llevar el apellido de 'transmedia'.
La "convocatoria" a la que se refería Víctor es la que organiza MinTIC bajo el nombre de 'Crea Digital', una beca que les dio casi 155 millones de pesos para que cumplieran el sueño de hacer un transmedia basado en mensajes que aportaran a la memoria sonora, audiovisual y fotográfica del Pacífico.
Siete meses después, el proyecto estaba listo. El 4 de mayo de 2016, el Centro Cultural de la comuna 16 ubicado en la Carrera 41 H # 38 - 75 se vistió de fiesta. En el aire se mezclaban los sonidos de marimba, cununo y cantaoras que a partir de las 6 de la tarde hicieron que estallara la alegría. Allí, en medio del jolgorio, la entonces directora de comunicaciones del proyecto, Nathaly Espitia, contaba con emoción un poco más acerca del proyecto: "Esos recados que grabamos con la gente del Pacífico que vive en el Distrito de Aguablanca en Cali consisten en lo que le quieren decir a sus parientes en el Pacífico, ya sea que los quieren saludar, o le escriben una canción, un poema o lo que sea".
Esos 'recados' empezaron a grabarse desde aquel sábado 5 de diciembre de 2015 cuando el equipo de 'Aguablanca: Pacífico Urbano' inició su recorrido por los barrios del Distrito de Aguablanca con la fiel compañía de 'Palomo', un amigo que no vuela sino que anda sobre ruedas, pues ese es el nombre que su dueño le puso al jeep en el que iban buscando a todo aquel que quisiera enviar su recado luego de haber dejado el Pacífico a causa de la violencia, la falta de dinero y otras razones.
No podían viajar sin Palomo, pues más que un compañero era la cabina de grabación para los recados sonoros. Los recados audiovisuales y fotográficos se realizaban al aire libre. Sin embargo, hubo un recado sonoro que Palomo tuvo que escuchar de lejos, pues no pudo grabarse dentro de él.
De duendes, tíos y otros destinatarios
Mientras cae la última tarde de mayo de 2016, Jennifer recuerda muy bien aquel recado: "Una abuelita allí en El Vergel estaba haciendo el recado por medio de un audio y lo estaba grabando afuerita del jeep porque se le dificultaba subirse, y ella le mandó saludos al duende y le hablaba como si fueran amigos. Entonces siempre la recordamos como la señora que le envió el recado al duende".
Pero no todos los saludos son para el duende, otros son más comunes como el recado que envió don Alberto Rentería, de 57 años y desplazado de Juradó, Chocó, quien hace más de 20 años no ve a su familia y por eso envió un mensaje a tres tíos. Uno de ellos murió, así que don Alberto no sabe si alcanzó a oír: "Les mandaba un saludo diciéndoles que de pronto, si la suerte nos acompañaba, nos volvíamos a encontrar".
Don Alberto dice que “lo del proyecto es muy chévere y novedoso porque en mi época cuando era niño, se utilizaban otros medios, normalmente eran las emisoras por donde uno enviaba recados y saludos o se enteraba de las cosas, o también estaba el telegrama, era la época del Telecom… "
El futuro de los recados
El proyecto tiene una página web y una aplicación para dispositivos móviles en las que se pueden ver los recados que grabó el equipo y subir nuevos mensajes. Cualquier persona puede hacerlo. A pesar de ello, Nathaly dijo que "entendemos que el Pacífico no tiene una buena cobertura de Internet, la accesibilidad allá es casi nula al igual que la alfabetización digital", por eso está pendiente un viaje al Pacífico para llevar algunos recados personalmente. Y ahí van, avanzando y aprendiendo una frase que Jennifer tiene como la mejor lección para todos: "Lo más bonito es que uno siempre debe tener presente de dónde viene".